lunes, 19 de diciembre de 2011



Dejando a un lado la religión, la próxima vida y el nirvana, y limitándonos a esta vida, las personas egoístas sólo consiguen que las acciones centradas en sí mimas tengan repercusiones negativas para ellas.

Personas como Madre Teresa de Calcuta, en cambio, que dedican su vida y todas sus energías a servir a los pobres, los necesitados y los indefensos, siempre serán recordadas con respeto por su noble obra y nadie habla negativamente de ellas.

Éste, pues, es el resultado de valorar a los demás: tanto si se quiere como si no, incluso quienes no forman parte de tu familia te apreciarán, se sentirán a gusto contigo y buscarán tu compañía.

Si eres la clase de persona que siempre se meustra amable y luego empieza a echar pestes de los demás en cuanto le han dado la espalda, entonces naturalmente nadie te querrá.

Por eso, incluso en esta vida, basta con tratar de ayudar a los demás e intentar no ser egoístas para poder experimentar una gran felicidad.

Nuestra vida no es muy larga, porque como mcuho podremos vivir 100 años. Si nos pasamos estos años siendo buenos y haciendo todo lo posible para contribuir al bienestar de los demás al tiempo que tratamos de ser menos egoístas y coléricos, obtendremos unr esultado maravilloso, porque esa es la verdadera causa de la felicidad.

Si eres egoísta, siempre te colocas por delante de todos y dejas a los demás en segundo lugar, al final sólo conseguirás acabar ocupando el último puesto.

Si mentalmente te colocas en último lugar y pones delante a los demás, acabarás en el primer puesto.


Da igual que seas budista, cristiano o comunista: lo importante es que mientras seas un ser humano, debes ser una buena persona.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sarita!!!!!
pero q grande eres!
Mucho mas por dentro (q ya es decir!)
Q pases unas felices fiestas con familia y amigos, q se q lo haras.
Nos vems a la vuelta ( y en los bares)