jueves, 13 de mayo de 2010

InteLigencia & amoR

“El enamorado siempre ofrece a su amante,
en la pasión, el sacrificio de su inteligencia”

Con esta frase explicaba la escritora Rosa Montero,
el desvarío que un amor tardío produjo en Gabrielle Émilie de Breteuil,
marquesa de Châtelet y que la hizo comportarse como una boba en los últimos años de su vida.

Esta dama francesa tradujo los "Principia" de Newton
y divulgó los conceptos del cálculo diferencial e integral
en su libro "Las instituciones de la física".
Famosa filósofa, matemática y escritora del siglo XVIII,
también fue conocida por ser la amante de Voltaire durante mas de quince años,
y para muchos, su musa inspiradora.
Escribió también un interesante Discurso sobre la felicidad,
en el que entre otras cosas,
aborda el tema de la independencia y la libertad femenina,
así como examina la relación entre el estudio y la felicidad,
señalando que mediante la educación las mujeres acceden a su única posibilidad de reconocimiento social,
compensando así el estado de desigualdad de su sexo.
A los cuarenta años,
Émilie se enamoró perdidamente del poeta Jean-François de Saint-Lamber.
La lucida Emilie sorprendió a todos y a sí misma,
comportándose como una adolescente enamorada.
Murió tres años más tarde,
tras un embarazo, a los 43 años,
del que nació una hija que no la sobrevivió.
He aquí solo un ejemplo de que la inteligencia
no nos libra de hacer el tonto por amor.
Y me viene a la cabeza una frase de Ángeles Mastretta,
con la que inicia el relato de la tía Daniela (Mujeres de ojos grandes ):
“La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes:
como una idiota”

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